25 de agosto de 2008


Visión TEDES, Terapia del espíritu.

Nuestra era se destaca por una perfecta simetría entre el avance tecnológico y las crisis a todo nivel. Aumenta la ciencia y proporcionalmente, los males también. Siendo ésta la realidad imperante, la pregunta al profeta Ezequiel reviste gran validez en nuestros tiempos: «Hijo de hombre ¿vivirán estos huesos?...». Ezequiel 37:3. Hoy más que nunca nuestras vidas requieren del Poder de Dios para lograr la tan deseada sanidad.




Los recursos de sanidad que Dios nos ha dado pueden ser aplicados con efectividad. El tránsito de los tiempos exige hacer decisiones en obediencia a la Escritura que favorecerán nuestra vida. Algunas son como puntos de convergencia de cursos a seguir— ¿Voy por este cauce? ¿Me dispongo a perdonar? ¿Acepto que cometí errores o voy a soslayarlos? ¿Admitiré que tomé malas decisiones? ¿Aceptaré que violé principios fundamentales de la vida?

La “Terapia del espíritu” (por sus siglas TEDES) nos encaminará por la vía de la sanidad y nos ayudará a comprender las prisiones en nuestras mentes y corazones—adicciones, pecados reiterativos, autocompasión, rechazo, traumas y dolores que persisten en nuestra alma, opresiones y ataques demoníacos. Líderes cristianos acarrean profundas heridas que sólo el Hijo de Dios puede sanar. Estas heridas son como minas explosivas en las sendas de la vida, herramientas en las manos de Satanás para destruir a líderes, neutralizándolos en su desarrollo y productividad espiritual.

TEDES ayuda de una manera efectiva a invalidar estas herramientas engañosas de Satanás, dejando que el Espíritu Santo desentrañe y saque a la superficie lo más recóndito del alma. El proceso de sanidad lo va desarrollando el Espíritu Santo en una manera tierna pero firme, donde la persona comienza a experimentar la vida abundante en manera creciente. TEDES provee la liberación y la sanidad de la psiquis que se ha necesitado en la vida.

¿En qué consiste TEDES?

• Romper pecados y maldiciones generacionales
• Cortar ataduras impías del alma
• Reemplazar creencias negativas
• Renunciar a votos internos
• Recibir visiones divinas
• Echar fuera demonios
• Experimentar el Espíritu de vida en Cristo Jesús

Te invitamos a participar de la mejor terapia, efectuada por las manos expertas del médico por excelencia, Jesús, el Hijo de Dios.



Inscríbete hoy en tu respectiva Sede distrital y atrévete a participar de una experiencia como sólo el Espíritu Santo puede brindar.

Te Esperamos.

18 de agosto de 2008


La Gran Fiesta

Por Francisca Reyes
PEC Providencia

Hace 2 semanas, Rodrigo y yo nos comprometimos ante Dios y nuestra Iglesia, para casarnos. La gente estaba muy sorprendida y emocionada. Dentro de la ceremonia, además de declarar nuestro compromiso, Rodrigo me entregó como prenda un anillo, que lo tendré hasta el día de nuestro matrimonio.



Al final, se nos acercaron casi todos a abrazarnos y bendecirnos. No sé si alguna vez había recibido tantas bendiciones juntas. La emoción y gozo que experimenté en ese momento eran sencillamente, enormes.

Ahora, estamos en el período en que tenemos que definir y ajustar muchos detalles: la forma de la ceremonia, el lugar, la decoración, el vestido, maquillaje, peinado, el traje, los partes, la comida. Tengo que hermosearme, santificarme, guardarme, etc, etc, etc. Todo esto sin perder de vista el motivo de nuestro festejo, y la preocupación y preparación espiritual que éste merece. Eso es... es un período de preparación.

Es emocionante…persona con la que me encuentro me recuerda, feliz, la etapa en la que estoy. Me preguntan cómo va todo, que cómo será la ceremonia, que cómo me siento, que si iremos de luna de miel. En el distrito, ahora el saludo es ¿cómo está la novia? O de pronto, alguna amiga me mira y sólo dice llena de emoción “¡¡te vas a casar!!” o “¡¡te ves radiante!!” Mis amigas que aún no conocen a Cristo, están contentas, pero a la vez un poco asustadas y sin comprender mucho la importancia de casarse y de que es para siempre. Ya he contado las semanas que faltan, son muy pocas, el tiempo sigue avanzando y queda mucho por hacer.

Es como un cuento en que el príncipe viene, me rescata, me conoce, se enamora, se compromete y luego, espera el día de la ceremonia y la unión eterna. Y, por supuesto, el final es feliz.


Fue hace sólo una semana, cuando, en un viaje en bus a la V región, comprendí la realidad: SOY NOVIA!! Estaba en un asiento al lado del pasillo, con mi chaqueta y mi mochila en el asiento del lado. Mientras disfrutaba del paisaje, escuchaba música de Marcos Vidal e intercalaba esto con leer algunos versículos de la Biblia, de pronto escuché la suave y cálida voz de Dios susurrándome:
“¿sabes lo que significa ser novia?”
Pensé un poco y bueno…Su novia es la Iglesia, es decir, todos nosotros!! ¿Nos sentimos realmente así? ¿Nos estamos preparando para cuando venga Cristo a “desposarnos”?

Él vino a la tierra para que conociéramos la verdad; Su verdad, Su amor, gracia, misericordia y poder. Vino para que tengamos vida y la tengamos en abundancia (Jn. 10:10). Vino para hacerse hombre y padecer las aflicciones de la carne sin dejar de ser Dios. Vino para vencer, y venció a la muerte en la cruz. ¿Has imaginado cómo debe haber sido tener la experiencia de Conocerle cara a cara, de haberle dado un abrazo, de haber llorado con Él, de haber cenado en Su presencia, de haber caminado largas horas escuchando Sus enseñanzas, de haberte reído con Él? ¿Cómo habrá sido vivir el milagro de Su resurrección?

Cuando Jesús estaba con sus discípulos, les advirtió que se iría y que mientras esperaran por su regreso, les dejaría al Espíritu Santo para consolarlos. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Jn. 14: 16-18).

El Señor resucitó y está vivo, y todo lo que no pudimos apreciar de Él en carne y hueso, hoy lo podemos percibir en el Espíritu. Eso me parece en sí mismo un milagro; es maravilloso saber que vive en nuestro corazón; es un privilegio cuando entramos en Su presencia.


Y cuando Jesús regrese, en gloria y majestad, habrá fiestas; fiestas especiales, con un nombre especial; estas fiestas se llaman “bodas del Cordero” y para ese entonces, el Espíritu Santo ya se habrá ido de la tierra. Ya no tendremos la “prenda” que dejó Jesús, porque entonces vendrá Él a buscarnos ¿a quienes? A nosotros!! Y ¿quiénes somos nosotros? Su Iglesia, Su esposa!! “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Ap.19:7).

Pues entonces preparémonos; pensemos en cada detalle, en cómo está nuestro corazón, en las cosas que estamos haciendo, en nuestras prioridades, en nuestra comunión con Dios. Preocupémonos de hermosearnos, santificarnos y guardarnos. Debiéramos sentir esa gran emoción de estar esperando a nuestro “esposo”, de gozarnos y ayudarnos en la espera, de llenarnos unos a otros de bendiciones y de preocuparnos solamente de prepararnos para aquel día y para nuestra “luna de miel” eterna.

Aprovechemos este corto tiempo que nos queda para compartir esta alegría, para que los que aún no saben todo esto, sean partícipes de nuestra felicidad y de este gran milagro, y para que los que ya lo saben, lo recuerden. Ó ¿acaso cuando nos vamos a casar o cuando tenemos una muy buena noticia, la guardamos y callamos o nos avergonzamos de anunciarla? Ó ¿nuestro rostro está tenso y apagado? Ó ¿nuestras aflicciones nos apartan del Señor?

Disfrutemos juntos nuestro noviazgo y gocémonos en la espera de nuestro único, maravilloso y gran Esposo.

Ahora comprendo.

Bendiciones

Francisca Reyes

11 de agosto de 2008


En busca del tesoro perdido

Por Rodrigo Peña
PEC Providencia

Estas últimas semanas han sido difíciles de llevar. Los motivos son diversos: mucho trabajo, poco sueño, momentos de silencio no existentes, almuerzos de 15 minutos y con comida hecha en 10 minutos y más encima hecha por mí…uf! Con todo esto en la espalda, lo que más me ha quitado el sueño ha sido lo complicadas que son o que somos algunas personas. ¿En qué minuto de la vida dejamos de ser inocentes? ¿Qué nos pasó que ya no sonreímos cuando alguien nos mira en la calle? ¿Por qué ya nadie nos pellizca las mejillas y nos dice “que lindo el gordito”? en qué segundo de nuestra existencia dejamos de parecernos a Topo Gigio y empezamos a comer como Taz?... definitivamente perdimos un gran tesoro…


Kristin ven a comer, deja de jugar con la Greta y ven para lavarte las manitos!” - grita Soraya, firme pero suavemente como sólo una madre puede llamar a su cachorrito.

“Ya po Kristin, se está enfriando tu sopita, apúrate!" - Nada, lo único que recibe como respuesta es la frase radial de la emisora “ flaite” del vecino que suena para toda la manzana.

Kristin! Ven inmediatamente! Uno, dos, tres, cuatro…veinticinco… cincuenta y dos…!, Qué pasa que este poroto no viene?” - decide ir a investigar…

Por alguna orden venida del cielo, Soraya se detiene y se limita a observar la curiosa y tierna escena: Kristin y Greta, su mejor amiga, encaramadas en la misma silla. Kristin parece querer jugar y empuja a su canina compañera para que se baje y comiencen a correr… pero ella no responde…



“Qué pacha Gueta? Baje chilla! Ah, Gueta pechá!”
- Greta apenas la mira como implorando descanso.

Gueta, qué pacha?” - y, en un acto innato y delicioso, pone sus pequeñas manitos sobre la cabeza de Greta y, en su dialecto exquisito susurra, con sus ojitos cerrados: Jechú, mén… - abre sus lamparitas, la mira, vuelve a mirarla y finalmente le pregunta: Pachó? Vamo jugar?”

Soraya… sólo se sonríe emocionada y espera que Kristin termine de ocuparse en " las cosas de su Padre”, para venir a comer.





Oli, que estás haciendo? Estas viendo una peli! Que interesante! Qué estas viendo?”
- pregunto sólo para escuchar otra vez, el rico acento infantil bonaerense que nos tiene a todos con babero-.

“Estoy viendo la princesa Maripo-cha!” - Ah, la princesa mariposa!, “ No, ma-ri-po-cha!” - responde como suele hacerlo. Le encanta hablar moviendo sus manitos y bailando al ritmo de alguna musiquilla interna que suena en su pequeña cabecita llena de cosas bellas.

Está bien, maripocha. “No, maripooooocha - En fin, sólo me queda rendirme ante mi desconocimiento de la gramática “Oliviana”-.

“Oye Oli, que estás grande!” - “No, estoy feliz!” - Ahora sí me río y me rindo definitivamente ante su majestad la niñez -.

“Papá, quiero ir a jugar a la plaza!” - grita Baruc buscando la atención de Gabriel que conversa amenamente con Panchi y el resto de la familia Reyes Strappa-.

“No Baruc, no podemos, lo que pasa es que llovió y la plaza está muy mojada, te puedes resfriar” - Gabriel sigue parloteando y Baruc, mientras tanto, desaparece de escena en silencio, cosa que a nadie pareció extrañarle, siendo algo inusual en él que responde ante toda afirmación o pregunta adulta por complicada que esta sea.

- De pronto, reaparece Baruc con su hermoso chaleco, pelo largo y cachetes rosaditos, con un paño grande y un poco sucio en su manito derecha…

“ Ya papá, vamos a la plaza!” - “ Pero Baruc, ya te dije que está mojada!
“Papá, este paño sirve para secarla porque no tiene hoyos!"

- Todos, pero todos, la familia en pleno, pensaron al unísono: “De donde salió este enano exquisito?”, y no pudieron seguir conversando adultamente. Ahora el foco de atención era una vez más, absoluta y merecidamente, UN NIÑO”.

Pensemos en lo siguiente:

Todos fuimos niños. Todos hablamos dialectos parecidos al español (bueno algunos nunca dejamos de hablarlo), comimos algo que se nos calló al suelo, nos comimos y, perdónenme los escrupulosos, los “ loritos”; nos bañamos en tinas de plástico a escala, tuvimos piojos, anduvimos con la rodillas peladas por tanto porrazo, vimos dibujos animados comiendo cereales, nos sentamos a almorzar en la “mesa de los niños” en las reuniones familiares, nos enamoramos perdidamente de alguien mayor que nosotros (de 6 años por ejemplo), usamos pañales y tuvimos el “popó” cocido, comimos tierra como quien come chocolate, fuimos al baño en WC también a escala, anduvimos en filita tomados del delantal del compañerito de adelante en el paseo del jardín, por mucho tiempo los adultos fueron nuestros “tíos”, etc. Alguna vez fuimos bellos e inocentes. Pero, repito, ¿qué nos pasó? En qué nos hemos convertido?

Usando la imaginación espiritual, si me permiten llamar así al ejercicio de crear escenas que pudieron ser para aclararme algunas cosas, me puse a pensar cómo sería el Señor Jesús cuando niño. Porque alguna vez lo fue. Lo siento por los que creían que siempre fue adulto y preocupado por las cosas eternas. No, alguna vez se ocupó de sólo jugar, comer y descansar. Me imagino al pequeñito Señor jugando con José en su taller. Corriendo entre las mesas y banquetas recién cepilladas. O enterrándose con sus amigos del barrio en los restos de aserrín y viruta en el mismo taller. O aún más pequeño, mamando en ese acto sublime e íntimamente celestial en que se une la madre y su hijo, para luego botar los “chanchitos” ayudado por la mano de María en su pequeña espaldita. En fin, creo que debió haber sido un niño maravilloso. Como todos los niños. Como lo fuimos nosotros hace unos años.

En la Biblia el Señor demuestra un especial cariño y afecto por estas pequeñas personitas. Y estoy convencido que es en esa maravillosa etapa de la niñez cuando se nota con más fuerza y calidez esa “eternidad” que Él ha puesto en nuestros corazones desde la creación:

“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en le corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” (Eclesiastés 3:11)


“Todo lo hizo hermoso en su tiempo…”,
eso es lo que vemos en los niños. Hermosura celestial, calidez del mismo creador, amor incondicional y puro proveniente del mismo Dios, vemos a Dios mismo reflejado en pequeños pedacitos que pululan y nos hacen felices.

“De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza”
(Mateo 21:16)


Lo que sale de la boca de un niño, esas pequeñas palabras a veces sin ilación es el mismo lenguaje de Dios. Palabras inocentes, sin mentiras, sinceras, sin malas intenciones, palabras muchas veces de aliento para nosotros los adultos, o no? No es casualidad que la esta frase anterior fuera pronunciada por Jesús durante el episodio de la purificación del templo. Un lugar que debió y fue concebido como lugar de oración. Un lugar en donde se expresan alabanzas y esas palabras que sólo provienen del corazón, convertido en un espacio para el robo, la estafa, la mentira, le codicia, etc. Exactamente en lo que nos hemos convertido. Hemos cambiado la pureza y todas las bellas características de niño por las, por decirlo de una manera suave y educada, malas evidencias de “vendedores en el Templo” de Dios.

“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios, de los entendidos, y las revelaste a los niños”
(Mateo 11:25)


Es triste pensar en que perdimos este tesoro. La caída nos hizo despojarnos de todo lo maravilloso y bello que teníamos en el principio. Nos hizo dejar de parecernos y ser un reflejo natural e innato de Dios. Lo teníamos todo, sabíamos todas las cosas, le podíamos preguntar al Señor mientras paseábamos por el Edén lo que se nos ocurriera. Pero fuimos expulsados y todas las cosas, incluyendo al mismo Dios, pasaron a ser un misterio. Creo que esa “información perdida” de laguna forma sobrenatural e inconsciente viene en los pequeños corazones de los niños. Es la única forma en que me explico conductas tan naturales y bellas como Kristin orando por su fiel amiga Greta.



Definitivamente “esas cosas” Dios se las ha revelado a los niños.

“…y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
(Mateo 18:3)


¿Has pensado a qué se refiere el Señor al decir que nos volvamos como niños?

Seguramente, a estas alturas, ya sabemos a qué se refiere. Pero, me imagino que sabes que en nuestras fuerzas no lo podemos lograr. Sólo con el poder sobrenatural del Señor y su Espíritu podemos volvernos como alguna vez fuimos creados. Sólo a través de la sangre de Jesús y su resurrección es que podemos recuperar lo que perdimos neciamente. Absolutamente somos lo que hemos vivido y pasado en la vida. Pero podemos cambiar. Podemos dejar de ser amargados, porfiados, ciegos, mentirosos, envidiosos, pocos santos, y todas las características poco agradables de adultos que se nos ocurran. Podemos y debemos orar para lograr volver a ser inocentes, tiernos, puros, llenos de paz, sin estrés, darnos tiempo para jugar, reír, comer golosinas, descansar abrazados de nuestra mascota fiel; de unirnos en ese acto eterno de comer sin restricciones de tiempo con nuestros padres o las personas que queremos. Podemos volver a tener una mirada transparente, ojos limpios y manos sucias pero no con pecado, sino con tierra de la placita. Volvamos a tener la boca manchada no con malas palabras sino con chocolate, Nutella, o salsa de tomate. Tengamos la cabeza sucia, no con malos pensamientos e intenciones malvadas, sino con jugo de alguna rica fruta exprimida por algunos de nuestros hermanos o amigos sobre nosotros.

“Y le presentaron niños para que los tocase; y los discípulos (adultos) reprendían a los que los presentaban.
Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mi, y no se los impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en el.
Y tomándolos en sus brazos, poniendo las manos sobre ellos, les bendijo” (Mateo 10:13-16)


Yo quiero entrar al reino de Dios, quiero volver a mi hogar añorado, quiero respirar la presencia de Dios, quiero llorar recordando que nunca debí partir, quiero volver a ser como algún día fui: un niño que sólo quiere ser abrazado por su padre y permanecer allí para siempre. Quiero ser tomado en los brazos de Jesús, tocado por sus manos y bendecido por El. Y tú lo quieres?...
Volvamos a ser como niños, recuperemos el tesoro perdido!

Bendiciones

Rodrigo Peña


PD: Debo hacer mención especial de las pequeñas personitas que han cambiado para siempre mi visión de la vida y que me han hecho pasar de ser un adulto poco querendón con los niños a un adulto cariñoso y capaz de jugar con estos lindos enanos

1.- Kristin (1 año 11 meses) es mi única y “única” sobrina, hija de mi única hermana Soraya. Es maravillosa, no me canso de verla crecer y hacer todo lo que divertidamente hace.
2.- Oli (2 años 2 meses) es sobrina de mi única novia y futura esposa Fran. Apenas la conocí me di cuenta de lo especial que es. De partida nació en Buenos Aires, de ahí su acento deleitoso para los oídos.
3.- Baruc (2 años 11 meses) es hijo de Gabriel, hermano de Fran. Es un niño inteligente y conversador de las cosas de la vida. Nos enseña a todos que las cosas son más simples de lo que creemos y no debemos complicarnos.

4 de agosto de 2008


El mundo al lado de Dios

Por Natalia Arévalo.
11 años
Ministerio Reino de Los Cielos.
Providencia.


Bueno,
Ante los ojos de Dios tú eres una persona llena de heridas que no se solucionan ni se sanan teniendo o viviendo como el mundo, si tú conoces a Dios profundamente te darás cuenta de que nadie te amará como Él ni te sanará como Él porque a pesar de que vives entre todos los del mundo te darás cuenta de que hay algo en ti muy especial que es como un caparazón espiritual que te protege y te sana de todo lo que tú estés viviendo en tu vida .

Medita qué prefieres, el mundo al lado de Dios: en vez de andar en una fiesta del mundo puedes andar predicando, en vez de andar drogándote puedes ayunar, en vez de andar peleando puedes hacerlo/a recibir a Cristo, en vez de andar escuchando reggaeton puedes alabar o adorar a Dios, en vez de andar mirándote al espejo puedes andar mirando tu espíritu, en vez de andar como el mundo puedes andar tomado/a de la mano de Dios…

Todos hemos tenido que pasar por alguna de estas cosas o a lo mejor no necesariamente esto pero en alguna situación difícil que hemos tenido, a mi me a costado dejar el reggaeton por ejemplo, me ha costado mucho, pero a pesar de eso sigo de la mano de Dios a pesar de las cosas que tenemos que pasar nada nos puede soltar de Él sólo si tu lo quieres, solo si es tu decisión andar como el mundo y hacer cosas del mundo.

"No te sueltes de Él, porque ya viene su venida, aunque hagas esas cosas del mundo sigue tomado de Él".


Yo he intentado dejar el reggaeton, pero como está en todas partes se me hace ultra difícil, pero no importa, yo sigo acá diciendo todo esto con la ayuda de Él, con el apoyo de Dios yo estoy acá, sigo acá escucho mucho menos reggaeton de cómo era antes, yo me he mejorado, estoy más sana, pero aun me falta, y voy a seguir creciendo con Él, y me llegarán más y más problemas pero yo escojo tomarme de la mano de Dios y seguir mi camino.

Haz eso tú también y dile a Dios qué prefieres
¿El mundo o Dios? ...

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