29 de abril de 2008


“EL GRAN BANQUETE”

Por Lucía Alliende

Porque así dice el Señor:

"Hacia ella extenderé la paz como un torrente, y la riqueza de las naciones como río desbordado. Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos, mecidos en sus rodillas, Como madre consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes; en Jerusalén serán consolados" Isaías 66:12-13



















Un banquete es la acción de reunirse un grupo de personas para comer juntas, signo que produce unidad entre ellas. Esta razón de unión va ligada a la importancia de la comida para la conservación de la vida…

El Señor nos invitó a disfrutar de un banquete en Jerusalén, la invitación fue a reunirnos para comer, nutrirnos comunicarnos y aumentar la relación de intimidad y unión con él. Estuvimos en verdes praderas y comprendimos que un desierto no es solo sequedad sino que es también un tiempo a solas, apartados con el Señor en donde somos alimentados y enseñados a reconocer la voz de nuestro pastor Jesucristo.















Es especial el tiempo de apartarse, la intimidad con el Señor, reconforta, transforma y es elemento básico para la conservación de la vida espiritual.


Fue maravilloso poder estar en tanta intimidad con el Señor, donde el lugar geográfico sustenta, avala y justifica la palabra de Dios. Realmente es impactante estudiar las escrituras insitu, ocurre un proceso de apertura de nuestro entendimiento y se graba fuertemente en el corazón.



















Así como la primera forma de comunicación de un niño pequeño es el pecho de su madre que tiene como fin alimentarse físicamente y alimentarse del vínculo único y seguro tan profundo del niño con su madre que pasan a ser uno, así mismo como niños pequeños fuimos amamantados y mimados por el Señor.















La Experiencia en Israel fue realmente marcadora y señaló la importancia de estar en intimidad constante con Jesús y con el Espíritu Santo para saber que el camino es único, que conoce su principio y su fin y que nosotros sólo debemos seguir el sendero para no perdernos, así mismo que cuando usamos la puerta angosta de la entrada a la ciudad, tendremos acceso directo al templo, sin ser confundidos por otros caminos.
















También vimos a un pueblo maravilloso que necesita de nuestra oración y de la obra que realiza el Señor con el pueblo Judío Mesiánico.

Gracias le doy a Dios por este banquete, en donde nuestro cuerpo, mente, emociones y espíritu fue saciado, realmente fue cumplida su promesa de ser consolados, amamantados y mecidos en sus rodillas.



















Mi oración es para dar cobertura al pueblo Judío, para que fluya la paz. Oro por todos aquellos que trabajan por dar a conocer a Cristo el Mesías.

SHA ALU SHALOM YERUSHALAIM (SEA LA PAZ EN JERUSALEM)

3 comentarios:

Cenlimi Providencia. Luis Montaner 525. (56-2) 225 47 82 dijo...

Gracias Lucía por el tema. Se nota que tu estadía en Israel fue toda una experiencia muy difícil de olvidar; por toda la carga histórica y espiritual que debe existir en el lugar.
Por haber sido una semana muy corta (la pasada), el tema "El Gran Banquete", seguirá durante toda esta semana.
Bendiciones!

Anónimo dijo...

Perfecto!

Anónimo dijo...

Muy bueno el tema. Gracias

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