28 de abril de 2009


Hace 4 años que empezó a llenarse mi corazón

Por Armando Cortés
PEC Providencia

Hace algo de 4 años que empezaron a llenarse paulatinamente varios espacios en mi corazón, o mejor dicho a cerrar y sanar capítulos que desconocía y que a medida que pasó el tiempo fui descubriendo que eran una gran carga para mí y una cadena pesada que arrastraba conmigo. Mi primer acercamiento con el Señor fue revelarme el dolor de no aceptar un tema que ha dado vuelta por mucho tiempo en mi cabeza como es la comunicación intrafamiliar, o simplemente traducido en esa recurrente pregunta de cantidad o calidad en la entrega de amor o afecto entre los integrantes de mi familia...a través de la palabras de la que hoy es mi mujer, a quien el Señor usó como intermediario, me mostró una “luz”: que debía incluir entre mis palabras el PERDÓN, como así también comprender que los hombres seguimos modelos de personas, ya sea por nuestra naturaleza o por ignorar el mejor modelo, como es la vida de Jesús….así entendí y entiendo que debemos perdonar a nuestros padres por ser como muchas veces no queremos que sean, como así también liberarnos de toda carga que se arrastra de generación en generación.

“Jehová es tardo para la ira y grande en misericordia, perdona la maldad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable, pues castiga el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación”.

Números 14:18


A medida que ha pasado el tiempo he ido ganando terreno en vivir una vida más recta y limpiándola de malezas que proliferaban a mi alrededor, así también a enfrentar y combatir temores, lo cuales son esos gigantes o “Goliats” que cargamos. De forma tal que mi vida transcurra de manera más segura y alegre, creyendo firmemente ahora que hay un Dios real que me ama, que nos ama. Esta relación ha mejorado, dado lo mencionado en el párrafo anterior, al entender que mi Padre me ama, que la disciplina es parte del amor de Él hacia mí, que un “NO” también es para bien, que la vida es un proceso donde podemos tener resultados en el momento menos esperado. Ciertamente un día llegó un e-mail a mi casilla, al revisarlo, quien sea que lo haya escrito, tiene mucha razón en concluir que cada vez más necesitamos de Dios en nuestra vida, familia, en nuestro trabajos, en nuestra sociedad e instituciones, en lo medios de comunicación. Ello queda demostrado en la rebeldía y violencia de nuestra juventud e incluso niños.

Desde el inicio de este año, mi vida ha sido increíble para mi y mi familia…luego de un noviazgo de 6 años, contrajimos matrimonio con Karla, pensando que nuestras vidas cambiarían, Dios nos mostró que Él puede sorprendernos, impactarnos, cambiarnos la vida en 1 segundo…así luego de una luna de miel y vacaciones en familia, puedo confirmar que Dios es tremendamente FIEL y misericordioso. Mi testimonio es el siguiente:

"Al volver a nuestras actividades normales, sufrí un ataque de convulsiones que derivó en una operación de 6 hrs a mi cabeza, además de una serie de exámenes y 10 días en al UTI de la clínica, donde tuve que firmar papeles asumiendo la responsabilidad de mi eventual “muerte”, puse en práctica lo que he aprendido en esos años. ENTREGAR MI VIDA A DIOS, A SU VOLUNTAD…así que oré con mucha fe por mi vida y pedí buscando la tranquilidad y paz de mis seres queridos, y pasé todas las vallas como un atleta con el mejor entrenador que existe, porque mi padre me ama y yo le amo a él.

"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá"
Mateo 7:7
Antes de operarme, me dijo:

Pero Jehová le dijo: La paz sea contigo. No tengas temor, no morirás.
Jueces 6:23
Una historia que impactó mi vida, cuantas veces necesitamos que alguien nos ayude o empuje a alcanzar nuestros sueños…

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